Amplios estudios que evidencian las diversas ventajas que aporta implementar el hábito diario de tomar la siesta a la salud mental y física del individuo.


Para muchos la sola idea de dormir unos minutos después de la comida es un desatino, especialmente considerando la dinámica diaria entre trabajo, estudios y otras actividades. Sin embargo, tomarse este tiempo para reponer energías es justo y necesario.


La siesta no se relaciona con trastornos del sueño, por el contrario, se considera una práctica de la higiene del mismo. Por eso dormir un poco en la tarde es útil para recuperar horas de sueño perdidas, hacer una pausa de descanso, disfrutar este tiempo de desconexión o sencillamente resetearse para seguir en mejores condiciones.


La siesta brinda muchos efectos positivos para nuestro organismo, como calmar la somnolencia que nos hace sentir lentos y torpes.


Al dormir este corto tiempo, nos despertamos más alertas, mejorando también nuestro funcionamiento cognitivo, la capacidad de reacción a los estímulos, la memoria a corto plazo y sin duda, nuestro estado de ánimo que se eleva al optimismo y la alegría.


 

¿Cuánto tiempo debe durar la siesta?


El tiempo que debería durar una siesta es bastante relativo, ya que depende totalmente de la disposición de tiempo y espacio que tenga el individuo, los planes para la noche, la hora en la que realice la siesta así como el nivel de somnolencia.


Hay personas que logran reponerse con tan sólo 10 o 15 minutos, mientras otras no pueden hacerlo en menos de una hora o un poco más. Pero hay que tener cuidado porque mientras más extensa sea la siesta posiblemente será más difícil conciliar el sueño nocturno, y esa no es la idea.


Otro aspecto que debemos considerar es el momento en el que nos vamos a despertar. El proceso de la siesta cuando es superior a una hora, supone una fase REM y luego el sueño ligero que es justo donde tenemos que abrir los ojos para gozar de ese efecto renovador, ya que si lo hacemos en pleno sueño profundo, nos despertaremos con pesadez, lentitud y somnolencia.


No obstante, si tu opción son las siestas rápidas y energizantes de 10 a 15 minutos en las que no entras en el sueño REM, igualmente podrás mejorar el estado de alerta, el estado anímico y tu respuesta cognitiva sin problemas.


Dormir la siesta es una práctica saludable que nada tiene que ver con holgazanería sino con una necesidad natural del organismo.


Fuente: https://www.iis.es/beneficios-de-la-siesta-como-practica-diaria/